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MARIO NOGALESMadrid Actualizado: 27/06/2014 17:49 horas
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La historia por ser el vehículo más rápido sobre la faz de la tierra comienza en el año 1983. La empresa SSC Programme realiza un automóvil que recibe el nombre de Thrust 2 y que, teniendo a Richard Noble como piloto, alcanza una velocidad de 650,88mph (1.047,47 km/h) batiendo el récord mundial.
La ambición y las ganas de superarse hicieron que en 1997, SSC volviera a intentarlo. Noble como director de proyecto, diseña y construye el Thrust SSC, con el que pretendía superar la barrera del sonido.
Thrust SSC
Ese mismo año en el desierto de Nevada (EEUU) el piloto Andy Green consigue una velocidad de 1.232, 93 km/h, rompiendo la barrera del sonido al marcar una velocidad de Mach 1,002.
En 2008 nuestros dos protagonistas se vuelven a juntar con un objetivo: superar las 1.000 millas por hora. Así nace el Bloodhound SSC. Este vehículo con aspecto de lanzadera espacial está fabricado en fibra de carbono y metal y pesará alrededor de 6 toneladas.
La velocidad máxima se alcanzaría en ¡55 segundos!
El Bloodhound recibe un motor primario que es una turbina EJ-200 (fabricada por Rolls-Royce) como las que utiliza el caza 'Eurofighter' y que tiene un empuje máximo de 9 toneladas. El motor secundario es un cohete con un empuje de 12,5 toneladas que combinándose a la turbina consigue 21,5 toneladas de empuje, lo que sería ocho veces la potencia combinada de toda una parrilla de Fórmula 1.
Las ruedas están hechas de aluminio macizo, pesan 95 kg cada una y están preparadas para girar a una velocidad de 10.000 revoluciones por minuto. No existe transmisión en el Bloodhound, las ruedas giran libremente.
Para conseguir parar este 'cohete con ruedas' se necesita mucha potencia de frenado y se logra gracias a tres sistemas. El primero en activarse es el freno aéreo que consiste en unos paneles desplegables que consiguen reducir la velocidad por la resistencia del aire. Se utiliza cuando se llega a los 1.200 km/h.
A continuación se abrirían unos paracaídas en la zona trasera -uno de emergencia- y para conseguir frenar el vehículo por completo se usan los frenos de las ruedas activables por debajo de los 400 km/h. La secuencia de frenado es clave para el piloto, que soportará fuerzas de 3 'g' durante aproximadamente 7 kilómetros que se recorren hasta parar el Bloodhound.
La localización elegida para intentar batir el récord va a ser Hakskeenpan, en Sudáfrica. Está estimado que la pista alcance los 19 kilómetros de longitud y que sea tratada para que el desnivel máximo sea solamente de 40 centímetros.
Para que el récord sea válido se tienen que completar dos pasadas y la media de las dos será la que establezca la nueva marca. No hay una fecha oficial para intentar esta hazaña pero se estima que para 2015 estará terminada la estructura final del proyecto.
MARIO NOGALESMadrid Actualizado: 27/06/2014 17:49 horas
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La historia por ser el vehículo más rápido sobre la faz de la tierra comienza en el año 1983. La empresa SSC Programme realiza un automóvil que recibe el nombre de Thrust 2 y que, teniendo a Richard Noble como piloto, alcanza una velocidad de 650,88mph (1.047,47 km/h) batiendo el récord mundial.
La ambición y las ganas de superarse hicieron que en 1997, SSC volviera a intentarlo. Noble como director de proyecto, diseña y construye el Thrust SSC, con el que pretendía superar la barrera del sonido.
Thrust SSC
Ese mismo año en el desierto de Nevada (EEUU) el piloto Andy Green consigue una velocidad de 1.232, 93 km/h, rompiendo la barrera del sonido al marcar una velocidad de Mach 1,002.
En 2008 nuestros dos protagonistas se vuelven a juntar con un objetivo: superar las 1.000 millas por hora. Así nace el Bloodhound SSC. Este vehículo con aspecto de lanzadera espacial está fabricado en fibra de carbono y metal y pesará alrededor de 6 toneladas.
La velocidad máxima se alcanzaría en ¡55 segundos!
El Bloodhound recibe un motor primario que es una turbina EJ-200 (fabricada por Rolls-Royce) como las que utiliza el caza 'Eurofighter' y que tiene un empuje máximo de 9 toneladas. El motor secundario es un cohete con un empuje de 12,5 toneladas que combinándose a la turbina consigue 21,5 toneladas de empuje, lo que sería ocho veces la potencia combinada de toda una parrilla de Fórmula 1.
Las ruedas están hechas de aluminio macizo, pesan 95 kg cada una y están preparadas para girar a una velocidad de 10.000 revoluciones por minuto. No existe transmisión en el Bloodhound, las ruedas giran libremente.
Para conseguir parar este 'cohete con ruedas' se necesita mucha potencia de frenado y se logra gracias a tres sistemas. El primero en activarse es el freno aéreo que consiste en unos paneles desplegables que consiguen reducir la velocidad por la resistencia del aire. Se utiliza cuando se llega a los 1.200 km/h.
A continuación se abrirían unos paracaídas en la zona trasera -uno de emergencia- y para conseguir frenar el vehículo por completo se usan los frenos de las ruedas activables por debajo de los 400 km/h. La secuencia de frenado es clave para el piloto, que soportará fuerzas de 3 'g' durante aproximadamente 7 kilómetros que se recorren hasta parar el Bloodhound.
La localización elegida para intentar batir el récord va a ser Hakskeenpan, en Sudáfrica. Está estimado que la pista alcance los 19 kilómetros de longitud y que sea tratada para que el desnivel máximo sea solamente de 40 centímetros.
Para que el récord sea válido se tienen que completar dos pasadas y la media de las dos será la que establezca la nueva marca. No hay una fecha oficial para intentar esta hazaña pero se estima que para 2015 estará terminada la estructura final del proyecto.